Teniendo como filosofía: el existencial humanismo, y como objetivo: la búsqueda constante del ser. Nace La Tienda de la Verdad.
Un proyecto en donde la ilusión inicia en enero del 2019 y se abre al público el 15 de marzo del 2020, con la intención que paso a paso, se construya una ruta de vida y si así se desea, poder ser acompañado; en un espacio decorado de amor, libros especializados en humanismo, un foro que nos permite poder expresar la experiencia de nuestro viaje por la vida, interpretada por títeres, clown, poetas, escritores, músicos o personas con el deseo de poder ayudar a otro ser. Café de especialidad hecho con métodos, describiendo los sentidos y el romanticismo del aroma a Chiapas recién molido. Té, como el inicio de una conversación de respeto o cariño contigo, ¿Quieres té? o té quiero.
¡Un ambiente para percibir el presente!
El nombre de La Tienda de la Verdad es en honor a un cuento que en voz de un ser humano significativo para mi, nos ayuda a construir un proyecto de vida funcional, si, Jorge Bucay.
Claro, ahora el cuento:
El hombre caminaba paseando por aquellas pequeñas callecitas de la ciudad provinciana. Tenía tiempo y entonces se detenía algunos instantes en cada vidriera, en cada negocio, en cada plaza. Al dar vuelta una esquina se encontró de pronto frente a un modesto local cuya marquesina estaba en blanco.
Intrigado se acercó a la vidriera, y arrimó la cara al cristal para poder mirar dentro del oscuro escaparate. En el interior solamente se veía un atril que sostenía un cartelito escrito a mano que anunciaba: «TIENDA DE LA VERDAD».
El hombre estaba sorprendido. Pensó era un nombre de fantasía, pero no pudo imaginar qué vendían. Entró. Se acercó a la señorita que estaba en el primer mostrador y preguntó:
– «Perdón, ¿ésta es la tienda de la verdad?»
– «Sí, señor. ¿Qué tipo de verdad anda buscando, verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa?»
Así que aquí vendían verdad. Nunca se había imaginado que esto era posible: llegar a un lugar y llevarse la verdad, era maravilloso.
– «Verdad completa», contestó el hombre sin dudarlo. «Estoy tan cansado de mentiras y falsificaciones», pensó» No quiero más generalizaciones ni justificaciones, engaños ni defraudaciones».
– «¡Verdad plena!», ratificó.
– «Bien, señor, sígame»
La señorita acompañó al cliente a otro sector y, señalando a un vendedor de rostro muy adusto, le dijo:
– «El señor lo va a atender»
El vendedor se acercó y espero que el hombre hablara.
– «Vengo a comprar la verdad completa»
– «¡Ahá!… perdón, ¿el señor sabe el precio?»
– «No, ¿cuál es?», contestó rutinariamente. En realidad, él sabía que estaba dispuesto a pagar lo que fuera por toda la verdad.
– «Si usted se la lleva», dijo el vendedor, «el precio es que nunca más podrá estar en paz»
Un frío corrió por la espalda del hombre, nunca se había imaginado que el precio fuera tan grande.
– «Gra..gracias, disculpe», balbuceó.
Se dio vuelta y salió del negocio mirando el piso. Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todavía no estaba preparado para la verdad absoluta, de que todavía necesitaba algunas mentiras donde encontrar descanso, algunos mitos e idealizaciones en los cuales refugiarse, algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo.
– «Quizás más adelante», pensó.
Adaptado por Jorge Bucay
Con cariño y respeto.
Mario Arturo Torres Guillén